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Hace 49 años que en la diócesis de Málaga no se vive una situación parecida. Desde ayer, la ciudad tiene entre sus residentes a un cardenal de la Iglesia, el arzobispo emérito de Pamplona monseñor Fernando Sebastián que, desde su jubilación en 2007, escogió el Seminario malagueño para vivir. Ayer, mientras celebraba misa en la Catedral junto con el obispo, Jesús Catalá, el Papa Francisco citaba su nombre entre los nuevos purpurados, el único español.